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LanammeUCR conmemora día de la Tierra con charla virtual sobre COVID-19 y los retos que se presentan para la humanidad

Alrededor de 65 personas se conectaron a la charla que duró dos horas

Por segundo año consecutivo el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (LanammeUCR), conmemoró el Día Internacional de la Tierra, en esta ocasión con una charla virtual en la que se abordó el tema del COVID-19 y los retos que se presentan a partir de esta pandemia para la humanidad.

Rincón de la viejaA través de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial Nacional (UGERVN), del Programa de Infraestructura del Transporte (PITRA), se organizó y desarrolló la charla del Día de la Tierra 2020, la cual estaba dirigida a estudiantes universitarios y personas con conocimientos en gestión de riesgo. Contó con la exposición del Dr. Sergio Mora, geólogo consultor internacional para el Banco Mundial; el Dr. Esteban Chaves, sismólogo del OVSICORI de la Universidad Nacional; la M.Sc Andrea Meza, directora la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE); y el Dr. Paulo Ruiz, geólogo de la UGERVN.

Ruiz, explicó que el propósito de la charla era celebrar el día de la Tierra en un año que recordaremos por enfrentar el reto más grande de las últimas décadas: el COVID-19. Sin olvidar que siguen existiendo otros grandes desafíos. Por lo que su charla se centró en la actividad sísmica y volcánica reciente en el planeta y en Costa Rica.

Por medio de las charlas los expertos dieron a conocer algunas de las implicaciones a nivel climático que ha generado la crisis del COVID-19, para el entendimiento de las acciones humanas y la respuesta del planeta.           

Lo que debemos aprender sobre la necesidad de incorporar pandemias a la gestión clásica de riesgo, conocer las repercusiones de las medidas de distanciamiento social a nivel sismológico. Y recordar que en el planeta Tierra siguen existiendo otras amenazas que pueden impactarnos.

“Este año se cumplen 50 años desde que la humanidad decidió dedicarle un espacio a la conservación del planeta y nació el Día de la Tierra. Paradójicamente y relacionado con lo que estamos viviendo hoy, los inicios de esta celebración se remontan a 1968, específicamente a un simposio organizado por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, donde científicos hablaron a estudiantes universitarios sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana”, comentó Paulo Ruiz.

Pulo Ruiz

El enfoque de la charla del 2019 fue hablar sobre las oportunidades a partir del cambio climático. En esa ocasión se apreció sobre la erosión costera (aplicado a carreteras), la banca y la sostenibilidad (buscando oportunidades de negocios), sobre la zona crítica en territorios volcánicos (vivimos en un país de volcanes y sabemos aprovecharlos) y finalmente sobre mitos y realidades del cambio climático.

Por lo que, en esta oportunidad, no se podía obviar la situación que está atravesando el planeta con el COVID-19 y otros grandes retos de la humanidad.

“Creemos firmemente que el cambio climático genera oportunidades de investigación, negocio, y debate. De ahí nuestro motivo de llevar a cabo este evento a pesar de las circunstancias”, dijo Ruiz.

El COVID-19, es una nueva variable a la ecuación del planeta, humanidad y el cambio climático. A partir del momento histórico que se está viviendo, lo que también generará muchos trabajos de investigación relacionados con el impacto de una cuarentena mundial en el ambiente.

Algunos resultados son evidentes y ya los estamos viendo hoy (como por ejemplo el caso observado y descrito por Esteban Chaves de OVSICORI – sobre el ruido sísmico y la menor deformación en el suelo, debido al distanciamiento social).

Esteban

Otras observaciones recientes indican la relación que se ha encontrado, entre una mayor mortalidad por COVID-19 de personas que viven en ciudades donde la calidad del aire es muy mala, en comparación con otras ciudades con mejores calidades de aire. También se han visto imágenes satelitales mostrando la disminución dióxido de nitrógeno en la troposfera sobre regiones de China, Francia o el Norte de Italia, debido al cierre de fábricas y menor movilidad de las personas. Así como animales salvajes acercándose a ciudades debido a la cuarentena.

 

Todo esto, plantea más preguntas para investigar como:

¿Seguiremos viendo otros efectos en el ambiente a corto, mediano y largo plazo debido a la cuarentena?

¿Podrá tener un impacto en la disminución de la temperatura detener la mayoría de nuestras actividades?

Otras, interrogantes son más sociales, pero siguen una relación con el ambiente son: ¿Se ha demostrado que realmente podemos hacer teletrabajo y así evitarnos estar en una presa por más de 2 horas todos los días? – mejorando así nuestra calidad de vida y productividad, mientras consumimos menos hidrocarburos y disminuimos la huella de carbono.

Nos toca a todos trabajar y seguir investigando estos temas para poder contestar todas las incógnitas que hay y que van a seguir surgiendo.

La intervención de Esteban Chaves, buscó explicar cómo ha influido la actividad social en la actividad sísmica. Él indicó que por medio de instrumentación sismológica moderna se puede registrar con detalle, la ocurrencia de temblores, que se generan a lo largo de fallas activas, vibraciones aleatorias del suelo. Vibraciones, conocidas como ruido sísmico ambiental o registro de fondo, que son originadas por varias fuentes, entre ellas, la fuente antropogénica, es decir las actividades diarias en la sociedad, como, por ejemplo, salir a caminar, dejar caer objetos, saltar, correr, andar en bicicleta, usar el automóvil, actividad industrial, entre otras, que producen un campo de ondas con frecuencias de oscilación por encima de 1 Hz (1 ciclo por segundo).

Típicamente durante los días laborales, el ruido sísmico antropogénico produce un desplazamiento vertical máximo (hacia arriba o hacia abajo) del suelo del orden de 0.030 micrómetros o 30 nanómetros. 1 nanómetro es equivalente a unas mil millonésimas partes de un metro. Una deformación indudablemente imperceptible al ojo humano, pero cuantificable utilizando métodos e instrumentación sismológica.

Cuando la actividad antropogénica se reduce, como por ejemplo durante el último mes (debido al distanciamiento social necesario para poder combatir el COVID-19 y recomendado por el Ministerio de Salud Pública de Costa Rica y la Semana Santa), se reduce así también la vibración y deformación del suelo.

“El aislamiento social en Costa Rica durante el último mes, necesario para combatir la pandemia originada por el COVID-19 quedó registrado en las estaciones sismológicas del OVSICORI-UNA. Desde el 2 y hasta las 23:59:59 horas del domingo 12 de abril, la deformación vertical del suelo, generada por la densidad poblacional y actividad antropogénica cotidiana, pasó de ser ~30 nm hasta ~3 nm en la ciudad de Heredia, una deformación indudablemente imperceptible al ojo humano, pero cuantificable utilizando métodos e instrumentación sismológica moderna”, detalló Chaves.

 

 

 

04 de mayo, 2020.
Gabriela Contreras Matarrita.
Periodista - LanammeUCR.
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